Para nadie es secreto que Daniel Salaverry hace dos años atrás, era el principal cuadro aprista en recuperar el bastión en Trujillo, considerado como una futura promesa política y por su juventud dentro del partido de la estrella. Pero los resultados electorales le dio un golpe certero.

El más famoso traidor de la historia ha sido Judas Iscariote, quien traición con un beso a Cristo en delatarlo y señalarlo para que lo apresaran los romanos a cambio de 30 monedas de plata, el cual pago un alto precio a dicha deslealtad.

En ese entonces, Salaverry había pasado en pocos meses de ser el futuro cuadro aprista, aun desahuciado político. La incertidumbre se apodero de él, en fundar el partido propio y no tenerlo inscrito a tiempo, conversó con Keiko Fujimori. Así inicia su incursión en Fuerza Popular, rechazado en las bases fujimoristas, que con el transcurrir del tiempo se fue posicionando.

Para Maquiavelo la traición en política es el único acto de los hombres que no se justifica. A la vez comentaba que los celos, la avidez, la crueldad, la envidia, el despotismo son explicables e inclusive pueden ser perdonados, según las circunstancias. Pero los traidores, en cambio, son los únicos seres que merecen siempre las torturas del infierno político, sin nada que pueda excusarlos.

La traición política o la traición a la patria es sin duda un uno de los actos más despreciables, execrables y vergonzosos de un ser humano y se pagan un alto precio, sin duda en el peor de los escenarios posibles.

En la actualidad es protagonista como vocero de Fuerza Popular se ha hecho notar, siendo hoy en día Daniel Salaverry como uno de los nuevos cuadros que pueden refrescar al partido fujimorista que tiene una ideología derechista, autoritaria y proclive a la corrupción. Como se vivió en la década de los 90 la concentración del poder fomento la corrupción institucional.

Las declaraciones del parlamentario, busca generar la inestabilidad al gobierno entrante del Presidente Pedro Pablo Kuczynski, afirmando que “Fuerza Popular es el partido del pueblo”. Generando un clima de oposición obstruccionista.

Hoy en día el honor en la política es una especie en vías de extinción. Vemos como traicionan a sus votantes, salen sonrientes y nos pagan con actos de cobardía y maldad siempre aplaudidos por quienes siguen ciegamente e incondicionalmente.

Lo importante para nuestro país es la búsqueda de la gobernabilidad y no ceder a caprichos. Estaremos atentos.